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Concepción del mundo andino frente a los procesos civilizatorios y desarrollo

Juan Domínguez


En la concepción del mundo andino, el desarrollo está determinado por la capacidad que tiene el hombre de operar todo lo acumulado de sabiduría y de memoria para su interrelación con la naturaleza. La propia estructura espacial y ecológica del mundo andino muestra una diversidad muy grande, ante la cual, el hombre tuvo y tiene la capacidad de articularse. En esta articulación va generando una serie de interrelaciones, tanto sociales como simbólicas, es por ello que la lógica del desarrollo capitalista con la que funciona la sociedad actual, no puede ser compatible con la lógica comunitaria que es parte de su racionalidad.


En el planeta han existido la civilización del ser y del estar, mientras el uno cultiva el antropocentrismo y los estereotipos de occidente, el otro, el estar, sucede aquí y ahora, pero para el mundo andino queda comprendido que la vida es el arte entre el equilibrio y la armonía, pues solo existe el presente, la vida se desenvuelve en forma de espiral; quien desenreda el pasado desenreda el presente y quien comprende a su pasado comprende su porvenir.


La visión del mundo andino no es teológica o dogmática sino práctica y concreta; la lógica científica moderna, es una lógica sesgada, solo verificable hasta un cierto nivel, porque todo lo que no podía ser reproducido en laboratorio, lo descartaban. Nada en el mundo andino es una aventura azarosa, todo funciona en sincronía con el Orden Natural. La labor masculina del sol y la femenina de la tierra eran las piezas claves para cualquier enfermedad orgánica; sólo a partir del modernismo desarrollista y del industrialismo civilizatorio, es que ha surgido cierto grado de violencia y de deformaciones sociales.


Los pueblos andinos no separan ni dividen nada, todo lo integran, por eso incorporan a su tradición al cristianismo profundo, por eso han asimilado a la cultura occidental a su cultura, la han adaptado y adoptado a su modelo de vida. Los civilizados creen que han dominado cuando lo que los pueblos andinos han hecho es digerir su cultura a su cosmovisión. Por eso dicen que ellos piensan con el corazón y no con la cabeza, para así encontrar un equilibrio.


Para los civilizados el fin justifica los medios, mientras que para el mundo andino lo importante no es lo que se consigue sino el cómo se lo obtiene. Sin embargo, los civilizados creían que los conquistaban y después de cinco siglos los pueblos del mundo andino son una alternativa, la guía para los peregrinos de la sabiduría y de la consciencia luminosa, sus cosmovisiones son una fuente de luz. Es por eso que la Historia de América debe reescribirse, ya que está totalmente tergiversada, contada desde la versión de los conquistadores. Se ha enseñado que el europeo trajo la cultura y la civilización y que lo indígena es atraso e ignorancia, entonces, la humanidad debería desaprender todo lo aprendido. Se necesita volver a ser "salvajes" y dejar de ser bárbaros, volver a ser culturas y no civilizaciones. Para los pueblos andinos el paraíso ya está hecho no hay que salir a buscarlo. Quien esclaviza a los otros, es porque es esclavo de sí mismo, porque ese es su espíritu.


Si cada uno cumple su papel no se necesitan salvadores de ningún tipo. Cuando llegaron los invasores observaron sus actos, su vida no la entendieron y los creyeron salvajes, despreciaban que para ellos la vida es un acto de elogio a cada manifestación de la misma. El mundo occidental todavía no ha comprendido muchas cosas, en el fondo el mundo todavía no ha descubierto América después de cinco siglos. Pero ya no existen más los indígenas, lo que hay es la cultura indígena que se ha unido con la cultura occidental para producir el "indio". Así, el concepto de raza o de etnia es otro concepto de civilización creado por antropólogos separatistas para seguir prolongando la superposición y la jerarquización. Hoy la gran mayoría de indígenas mestizos americanos quieren volverse civilizados y algunos europeos quieren retornar a ser naturales. Esa es la gran paradoja. Todo es mutuo, recíproco y opuesto complementario en la vida. La venida a América de los hombres blancos era un momento terrible para sus pueblos pero irremediable para avanzar a un nuevo estado de conciencia. Era necesario el encuentro inicial de esas dos culturas y por ende de una nueva humanidad.


Por lo tanto, el desarrollo no es una tarea individual, el desarrollo es un espacio de afirmación de relaciones sociales que permiten la reafirmación de una identidad colectiva, pues se sustenta en matrices culturales que han sido socialmente producidas. Por ello, la lucha por el desarrollo es también la lucha por mantener la identidad, es la lucha contra aquellas formas de opresión que mantienen al pueblo indígena atado a una alienación continua que viabiliza la dominación. La lucha por el desarrollo en la racionalidad del mundo andino, es también una lucha de insurgencia, pues se trata de un enfrentamiento en una de las esferas que es la base esencial de la reproducción del sistema dominante.



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